¡Por fin juntos! No, cariño no, los equipos.
Pablo y Carlos madrugaron y cuando llegamos ya había cosillas colocadas. Las partidas empezaron a su hora, como corresponde.
La verdad es que yo pensaba que el A lo tenía muy complicado y el B lo tenía más fácil. Tan equivocado estaba yo, como en el momento de escoger el plan de mi partida.
Pablo y Carlos madrugaron y cuando llegamos ya había cosillas colocadas. Las partidas empezaron a su hora, como corresponde.
La verdad es que yo pensaba que el A lo tenía muy complicado y el B lo tenía más fácil. Tan equivocado estaba yo, como en el momento de escoger el plan de mi partida.